Residencias de mayores privadas buscan sanitarios
Las residencias de ancianos, tanto privadas como concertadas, enfrentan una crisis alarmante en la búsqueda de personal sanitario. Con una escasez de enfermeras y fisioterapeutas, la situación se ha vuelto insostenible. Marina Galiana, actualmente directora de la Residencia Virgen de los Remedios, relata su lucha por encontrar profesionales que cubran los puestos vacantes, destacando que llevan sin enfermera desde octubre. Este fenómeno no es un caso aislado; se extiende a lo largo del país y plantea serios desafíos para el cuidado de la población mayor. Descubra por qué las residencias de mayores buscan sanitarios. Recuerde que en Residencias y Salud cuenta con una sección de anuncios de empleo.
¿Por qué las residencias de mayores buscan sanitarios?
Marina Galiana, con seis años de experiencia en la residencia, fue promocionada a directora con la condición de que encontrara a su reemplazo como fisioterapeuta. «Teníamos un mes para encontrar a alguien y sabíamos que iba a ser bastante imposible», explica. La dificultad radica en que los salarios ofrecidos son bajos y no se otorgan puntos en la carrera profesional, a diferencia de la sanidad pública. Esto ha llevado a que las vacantes queden sin cubrir, lo que, a su vez, pone en riesgo la calidad del servicio que se ofrece a los ancianos.
La escasez de personal no es solo un problema en esta residencia, sino que se ha convertido en una realidad generalizada en el sector. Las residencias de mayores privadas buscan sanitarios de manera urgente. Los bajos salarios, en comparación con otros sectores sanitarios, y las condiciones laborales desfavorables han llevado a muchos profesionales a buscar empleo en el sector público o en otras áreas donde las retribuciones son significativamente mejores.
1.- Problemas salariales y condiciones laborales
El convenio colectivo de profesionales de residencias de ancianos establece salarios. Jesús Cabrera, responsable de CCOO, señala que «el salario de las gerocultoras ha subido un 2,5%, pero el año pasado estaba dos euros por debajo del SMI». Ante la posibilidad de un aumento del SMI en el futuro, los salarios de los gerocultores se volverán aún menos competitivos. Esto representa un problema crítico a corto y medio plazo, ya que la falta de incentivos económicos aleja a los profesionales del sector.
La comparación de salarios entre el sector privado y el público es desalentadora. Mientras que una enfermera en la sanidad pública puede ganar alrededor de 2.200 euros al mes, en el sector privado su salario puede no superar los 1.600 euros. Ignacio Fernández-Cid, presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia (FED), subraya que las residencias privadas pagan entre un 25% y un 30% menos que las retribuciones en el sistema sanitario público, lo que acentúa la fuga de profesionales.
2.- La financiación pública y el impacto en el sector
Las residencias concertadas reciben una compensación económica del Estado que no se corresponde con los costos reales de atención. Según Fernández-Cid, «las residencias concertadas reciben una media de 65 euros por persona y día, mientras que a las residencias públicas les cuesta alrededor de 200 euros». Esto coloca a las residencias privadas en una situación precaria y limita su capacidad para ofrecer salarios competitivos y condiciones laborales aceptables.
La Asociación Catalana de Recursos Asistenciales (ACRA) ha señalado que España se encuentra entre los países de la OCDE que menos invierte en servicios de cuidados de larga estancia, con solo un 0,96% del PIB destinado a este fin. Esto contrasta con el 1,55% de media de la OCDE y el 3,11% de los Países Bajos, que lideran en este aspecto. La falta de inversión adecuada se traduce en una creciente escasez de personal y en una calidad de atención que se ve comprometida.
3.- Aumento de la población mayor
El crecimiento demográfico de la población mayor en España es un fenómeno que no puede ser ignorado. Según el informe del SEPE, se prevé que el número de personas mayores de 65 años en el país pase de 9,7 millones en la actualidad a 16 millones en 2060. Este aumento plantea retos significativos para el sector de las residencias, que deberá hacer frente a una demanda creciente de atención y cuidados. Sin embargo, la falta de personal y la precariedad laboral hacen que la situación sea alarmante.
4.- Estrategias para atraer profesionales
Ante esta crisis, algunas residencias han comenzado a implementar estrategias para atraer a nuevos profesionales. Marina Galiana ha propuesto una subida salarial para los trabajadores, con la esperanza de poder ofrecer salarios dignos que incentiven a los profesionales a unirse a su equipo. Sin embargo, esto conlleva un dilema: para aumentar los salarios, es necesario aumentar también los precios de los servicios ofrecidos. Esto podría hacer que la residencia pierda competitividad en el mercado.
Además, las residencias en áreas rurales enfrentan mayores dificultades en la captación de personal. En localidades pequeñas, como el pueblo donde se ubica la Residencia Virgen de los Remedios, la falta de incentivos y la escasez de recursos hacen que la búsqueda de profesionales sea aún más complicada.
5.- Conflictos por intrusismo profesional
La escasez de enfermeras ha llevado a algunas residencias a contratar gerocultores para realizar funciones que, por formación y responsabilidad, corresponden a las enfermeras. Esto plantea un grave riesgo, no solo para la salud de los residentes, sino también para la integridad profesional del sector sanitario. Desde el sindicato de enfermería SATSE se rechaza esta práctica, argumentando que los gerocultores no están capacitados para llevar a cabo las tareas que requieren formación especializada.
Conclusión
La situación en las residencias de mayores es preocupante. La falta de personal, los bajos salarios y las condiciones laborales desfavorables crean un círculo vicioso que amenaza la calidad de atención a nuestros mayores. A medida que la población envejece, es imperativo que se tomen medidas urgentes para mejorar las condiciones laborales y salariales en el sector. La colaboración entre las administraciones, los sindicatos y las entidades del sector es crucial para abordar esta crisis y garantizar un futuro digno para nuestros mayores y los profesionales que se dedican a cuidar de ellos. La inversión en la atención a la dependencia no solo es un deber moral, sino también una necesidad social que debe ser priorizada.
