Los trabajadores en residencias solicitan la equiparación salarial con los trabajadores públicos
La equiparación salarial de los trabajadores en residencias de mayores ha cobrado relevancia en las últimas semanas. Los profesionales que laboran en estos centros han alzado la voz para exigir lo que consideran un derecho fundamental: una remuneración justa que les equipare con otros trabajadores de servicios sociales públicos. Este movimiento nace a raíz del convenio firmado en 2022. Que prometía un aumento salarial en función de las nuevas licitaciones, pero que, hasta el momento, no se ha materializado. Esto es muy importante por el vínculo entre ancianos y trabajadores de residencias.
Movimiento social para la equiparación salarial de trabajadores de residencias
El próximo jueves, como parte de esta lucha por la dignidad laboral, los trabajadores y trabajadoras de las residencias de gestión integral se manifestarán frente a sus instalaciones. La protesta comenzará a las 10:30 de la mañana y se erige como una plataforma para visibilizar sus reivindicaciones. Que no son otras que la renovación de los contratos de los centros y la efectiva aplicación de la equiparación salarial de los trabajadores de residencias. Esta movilización se enmarca en una serie de acciones que buscan presionar a las autoridades competentes para que atiendan sus demandas.
Carla Casanova, delegada del sindicato UGT y trabajadora en la residencia de Velluters, ha expuesto la grave situación que enfrentan los empleados de estos centros. Según Casanova, el convenio firmado en 2022 contemplaba una equiparación salarial de los trabajadores de residencias al renovarse la licitación de cada centro. Sin embargo, la realidad es que muchos de estos contratos han caducado, algunos incluso desde 2017. Lo que ha generado una incertidumbre económica considerable entre los trabajadores que, a pesar de sus esfuerzos, ven estancadas sus expectativas de mejora salarial.
Esta situación se ha vuelto aún más crítica dado que la propuesta de aumento salarial. Que se esperaba implementar de manera progresiva entre 2023 y 2025, previó un incremento de alrededor de 200 euros de media para los profesionales del sector en la Comunitat Valenciana. Sin embargo, la realidad ha sido sombría. En los últimos años, los sueldos se han incrementado apenas un 4%. Lo que se traduce en un poder adquisitivo que se desploma cada vez más. Con esos ingresos, muchos trabajadores se ven obligados a lidiar con la dificultad de cubrir necesidades básicas como el alquiler. Que en muchas ciudades ha experimentado un aumento desmedido.
1.- Conselleria de Servicios Sociales
Desde la Conselleria de Servicios Sociales, por su parte, han asegurado que están trabajando en la elaboración de un nuevo decreto que regulará el funcionamiento de las residencias. Que contempla la escucha activa y el diálogo con todos los agentes del sector. Elena Albalat, secretaria autonómica del Sistema Sociosanitario, ha mencionado el incremento del IPC de los años 2022 y 2023. Que se ha traducido en una subida total del 8,8% en el sector. Sin embargo, este aumento se siente insuficiente para los trabajadores, quienes han argumentado que no es suficiente para mitigar el impacto de la inflación y el aumento del coste de la vida.
2.- Retraso en la aplicación
El retraso en la implementación de saldos salariales y la falta de claridad en la renovación de los contratos han generado tensión entre los trabajadores y la administración. Los empleados del sector apreciaban la voluntad del gobierno por trabajar en un acuerdo, pero esto no resulta suficiente ante la urgencia de sus necesidades. Muchos de ellos sostienen que la equidad en la remuneración no solo es un problema de cifras. Sino que también está ligado a la calidad de los servicios que reciben las personas mayores en residencias. También se argumenta que una mejor remuneración atraerá a más profesionales al sector, mejorando la calidad del servicio en su conjunto.
3.- Reconocimiento del trabajo
La lucha por la equiparación salarial de los trabajadores en residencias no se limita a un debate sobre números. Sino que toca a un aspecto más amplio: el reconocimiento del trabajo esencial que desempeñan estos profesionales. La atención a las personas mayores es un reto creciente en nuestra sociedad, donde el envejecimiento poblacional plantea nuevas demandas y desafíos. A pesar de esto, existe una notable disparidad entre la carga de trabajo y la retribución correspondiente. Lo que lleva a muchos trabajadores a cuestionar el valor que se les otorga.
Las acciones como la manifestación del próximo jueves son cruciales para sacar a la luz las problemáticas del sector. Más allá del aumento salarial, los trabajadores buscan visibilidad y reconocimiento social por su labor. En una época donde el bienestar social debería ser una prioridad, la ausencia de medidas efectivas para remediar esta situación es motivo de descontento y movilización.
4.- Sostenibilidad del modelo actual
Este contexto también sirve para abrir un debate sobre la sostenibilidad del modelo actual de servicios sociales. Una política que no respalde adecuadamente a sus trabajadores pone en riesgo la calidad del servicio ofrecido. Se necesita un enfoque integral que considere no solo el bienestar de los usuarios. Sino también las condiciones laborales de quienes les atienden.
Conclusión
Así, la lucha por la equiparación salarial de los trabajadores en las residencias de gestión integral de personas mayores se torna en un símbolo de una batalla más amplia por dignidad, justicia y reconocimiento en el ámbito laboral. La determinación de los trabajadores del sector, junto con la atención que suscitan en la opinión pública, son factores clave para que las autoridades tomen cartas en el asunto y den los pasos necesarios para corregir estas desigualdades.
Finalmente, es imperativo que los distintos agentes involucrados, desde el gobierno hasta las organizaciones sindicales, se sienten a la mesa de diálogo para buscar soluciones duraderas que beneficien tanto a los trabajadores como a las personas que reciben sus cuidados. La equiparación salarial de los trabajadores de residencias no debe ser solo un compromiso en el papel. Sino una realidad tangible que asegure que el trabajo de las personas en el sector de servicios sociales sea reconocido y valorado en su justo término.