La terapia asistida con perros mejora la salud física y emocional
La terapia asistida con perros ha ganado notoriedad en los últimos años como un enfoque terapéutico efectivo que combina la compañía incondicional de estos animales con la intervención clínica. Este método ha demostrado ser cada vez más popular entre pacientes que enfrentan diversas condiciones de salud, como estrés, ansiedad, depresión y enfermedades físicas. Con el auge de esta modalidad, se están reconfigurando no solo nuestras percepciones sobre la terapia, sino también los beneficios tangibles que puede ofrecer para mejorar la calidad de vida de muchas personas. Así que es común que las residencias de mayores ofrezcan este tipo de terapia.
Los beneficios emocionales del contacto entre humanos y perros son numerosos y están bien documentados. La simple acción de acariciar a un perro puede inducir la liberación de hormonas como la oxitocina, a menudo llamada «la hormona del amor», la cual promueve sentimientos de conexión y bienestar. Estudios han demostrado que la interacción con estos animales no solo reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, sino que también incrementa la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores que contribuyen a una mejor salud mental.
Informe sobre los beneficios de la terapia asistida con perros
Un informe de la revista médica *Journal of Psychiatric Research* revela que la terapia asistida con perros actúa como un potente remedio para diversas alteraciones psicológicas. Esta forma de terapia no solo busca ofrecer un alivio momentáneo, sino que tiene implicaciones a largo plazo en el bienestar emocional de los pacientes. El Dr. Andrés Arteaga, veterinario y especialista en terapia asistida, explica que los terapeutas utilizan perros entrenados para ayudar a los pacientes en sus procesos de rehabilitación física y emocional. La presencia de un perro puede servir como catalizador para que las personas participen en ejercicios que, de otro modo, considerarían demasiado desafiantes. Esto es especialmente cierto en el caso de pacientes que han sufrido lesiones, quienes quizás necesiten un extra de motivación para reintegrarse a sus actividades diarias.
1.- Para niños
El impacto de la terapia asistida con perros es particularmente notable en los niños que enfrentan retos significativos, como aquellos con autismo. Enrique Díaz, un padre de un niño autista, comenta que la introducción de un perro en la vida de su hijo ha transformado no solo a su pequeño, sino a toda la familia. «Mi hijo ha comenzado a comunicarse más verbalmente y ha mostrado menos comportamientos desafiantes desde que interactúa regularmente con un perro terapeuta», dice Díaz. Este tipo de terapia no solo ayuda en la mejora de la comunicación verbal, sino que también fomenta habilidades sociales que son cruciales para el desarrollo emocional en la infancia.
2.- Adultos mayores
Por otro lado, los adultos mayores también se benefician enormemente de la terapia asistida con perros. En muchos países, se ha empezado a implementar este enfoque en hospitales y residencias para ancianos. «Las visitas regulares de perros pueden reducir la soledad de los residentes, especialmente aquellos que han perdido a su cónyuge o que no tienen familiares cercanos», explica Arteaga. Las interacciones con estos animales mejoran significativamente el estado de ánimo de los pacientes y contribuyen a estabilizar su presión arterial y frecuencia cardíaca, lo que, a su vez, se traduce en un bienestar general. Los ancianos que participan en estos programas tienden a reportar una mayor satisfacción con su vida y una renovada sensación de conexión con el mundo que les rodea.
3.- Disminución de la ansiedad
Este fenómeno no es solo anecdótico; múltiples estudios científicos respaldan la eficacia de la terapia asistida con perros. Investigaciones indican que los adultos mayores que interactúan con animales de compañía experimentan una disminución en la ansiedad, así como en los síntomas típicos de la depresión. Una revisión de literatura en el campo ha demostrado que hay un vínculo directo entre la presencia de animales y la mejora en la salud mental de las personas mayores. Por lo tanto, la inclusión de perros en los planes de cuidado demuestra el poder de la conexión humano-animal.
4.- Necesidades emocionales
La terapia asistida con perros para ancianos no solo se limita a cubrir las necesidades emocionales de los pacientes, sino que también se adapta a las necesidades específicas de quienes padecen discapacidades físicas o mentales. Los programas de intervención son diseñados de manera individual, considerando la condición del paciente, su historial médico y sus preferencias personales. Esto permite una personalización del enfoque terapéutico que maximiza los beneficios potenciales.
Conclusión
En conclusión, la terapia asistida con perros sigue demostrando que puede ser un rayo de esperanza y felicidad para aquellos que se enfrentan a diversas dificultades en su vida. La conexión que se establece entre humanos y perros es poderosa y transformadora; no solo se trata de contar con la compañía de un animal, sino de aprovechar ese vínculo para propiciar cambios significativos en la vida de las personas. Con cada vez más evidencia que respalda su eficacia y con una aceptación creciente en el ámbito médico, no es difícil imaginar un futuro donde la terapia asistida con perros se convierta en un componente estándar en el tratamiento de diversas afecciones de salud. El bienestar mental y físico que proporciona esta interacción es un recordatorio tangible de que, a veces, el amor más puro y efectivo puede venir de cuatro patas.
