Diferencias entre los tipos de plazas de residencias de mayores
El envejecimiento es un proceso dinámico, gradual, natural e inevitable que todos los seres humanos experimentan, implicando un conjunto integral de transformaciones. A menudo, estos cambios se manifiestan en transiciones importantes que generan dependencia tanto física como mental. Lo que complica el cuidado de estas personas en el entorno familiar. Cuando la familia no puede hacerse cargo de estos cuidados es necesario buscar residencias de ancianos y centros de día que alivien esa carga. Existen diferencias entre las plazas de residencias de mayores públicas, concertadas y privadas.
¿Por qué las las familias buscan residencias de mayores? Esto se debe, en parte, a que muchas viviendas presentan barreras arquitectónicas y carecen de adaptaciones adecuadas. Además, los cuidadores de estas personas no tienen la formación específica necesaria en las diferentes áreas de atención integral que estos perfiles requieren.
Ante esta situación, las residencias de mayores se convierten en la opción más adecuada. Ya que funcionan como centros que brindan vivienda permanente y atención integral a las personas mayores. Que debido a problemas de salud, familiares, sociales o económicos, así como por su reducción en la autonomía personal, no pueden ser atendidas en sus hogares.
Diferentes tipos de plazas de residencias de mayores
Para conocer las diferencias entre las plazas de residencias de mayores hay que saber cuántos tipos de plazas hay disponibles según el centro geriátrico.
1.- Plazas concertadas
Estas son las más demandadas, ya que cubren la totalidad del coste de la plaza. Sin embargo, la persona que se beneficia de ellas debe destinar el 75% de su pensión como contraprestación. La administración se encarga de cubrir la suma restante. Para acceder a estas plazas, se requiere que el anciano tenga una dependencia clasificada como Grado III. Cabe destacar que el porcentaje puede variar dependiendo de la Comunidad Autónoma.
2.- Plazas vinculadas al servicio
Estas plazas cuentan con una ayuda económica fija que varía según el grado de dependencia del individuo. También se conoce esta ayuda como Cheque Residencia. Con prestaciones que oscilan entre 300 y 800 €. Sin embargo, no siempre se asegura que el coste total de la residencia esté cubierto. Lo que puede requerir financiación adicional.
3.- Plazas públicas
A pesar de que las residencias concertadas y privadas predominan en España, hay localidades que ofrecen residencias públicas. Para acceder a estas, es necesario estar empadronado en el municipio correspondiente y cumplir ciertos requisitos. Sin embargo, hay una larga lista de espera para estos centros. Y, tal como pasa con las plazas concertadas, la persona debe ceder un porcentaje de su pensión como contraprestación.
4.- Plazas privadas
Son aquellas que se financian de forma directa por el residente o su familia. Su principal ventaja es la libertad de elección de la residencia, a diferencia de los casos anteriores donde las ayudas se asignan a plazas que quedan vacantes, sin importar en qué centro se encuentren. Es decir, cuando se conceden las ayudas se recibe un listado con los centros geriátricos disponibles. Mientras que en las plazas privadas la libertad de elección es total.
Diferencias entre residencias de mayores y sus plazas
Residencias de ancianos públicas
Las residencias públicas para personas mayores son aquellas que son propiedad de la Administración, y sus plazas son financiadas por el Ayuntamiento o la Comunidad Autónoma correspondiente. Para acceder a estas residencias, es necesario cumplir con ciertos requisitos:
- Tener al menos 65 años o 60 si la persona presenta algún tipo de dependencia moderada o severa.
- Estar empadronado en el municipio donde se ubica la residencia durante un mínimo de dos años.
- No padecer trastornos conductuales graves ni requerir atención médica que implique hospitalización.
- No tener sanciones o expulsiones previas en otras plazas gestionadas por el gobierno.
- Contar con un diagnóstico médico y social que reconozca la dependencia moderada o severa.
- Alcanzar la puntuación mínima establecida en el baremo correspondiente para ingresar en la residencia solicitada.
- Ser pensionista del sistema público de pensiones, cónyuge de un pensionista o tener derecho a las prestaciones sociales previstas por la ley o convenios internacionales del IMSERSO.
Estos requisitos son los más comunes a nivel nacional, aunque cada Comunidad Autónoma puede desarrollar su propia normativa al respecto.
Para solicitar el ingreso en una de estas residencias, es fundamental asegurarse de cumplir con todas las condiciones y especificar la residencia en la que se desea la plaza. Es recomendable también considerar la cantidad de plazas disponibles en cada centro y la lista de espera, lo cual puede influir en la elección de una residencia sobre otra. Estos requisitos son las principales diferencias entre las plazas de residencias de mayores públicas y privadas
Residencias de mayores con plazas concertadas o vinculadas al servicio
Las residencias de ancianos concertadas son centros que ofrecen alojamiento y atención integral a personas mayores, combinando servicios públicos y privados. Se caracterizan por proporcionar un entorno adaptado a las necesidades de sus residentes. Con instalaciones accesibles y personal cualificado que ofrece cuidados médicos, asistencia en actividades diarias y programas de entretenimiento y socialización.
Estos centros suelen contar con un sistema de financiación compartido, donde parte de los costos son cubiertos por el gobierno y el resto por los usuarios, lo que permite hacer accesible la atención de calidad. Además, fomentan la participación activa de los mayores en la toma de decisiones sobre su cuidado y promueven un ambiente familiar y comunitario.
Estas son las diferencias entre plazas concertadas y vinculadas al servicio en residencias de mayores:
- Plazas privadas con prestación económica vinculada al servicio (PEVS). Las personas mayores que deciden ingresar en una residencia privada pueden acceder a una ayuda económica que se determina en función de su grado de dependencia y de sus recursos financieros: la Prestación Económica Vinculada al Servicio, conocida como PEVS. Esta ayuda forma parte del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) y tiene como objetivo contribuir a cubrir los gastos de atención residencial. Es importante que el centro privado que recibe a la persona mayor esté debidamente acreditado para ofrecer este servicio.
- Plazas concertadas o colaboradoras. Se trata de plazas ubicadas en residencias privadas que están financiadas total o parcialmente por la administración pública, la cual también se encarga de la asignación de dichas plazas.
Conclusión
Las residencias públicas para personas mayores son gestionadas por la Administración y financiadas por el Ayuntamiento o la Comunidad Autónoma. Para acceder a ellas, se deben cumplir requisitos como tener al menos 65 años (o 60 con dependencia), estar empadronado en el municipio por al menos dos años, no padecer trastornos graves, y contar con un diagnóstico de dependencia. Estos requisitos pueden variar según la Comunidad Autónoma. Es importante considerar la disponibilidad de plazas y las listas de espera al solicitar ingreso. Por otro lado, las residencias concertadas mezclan servicios públicos y privados, ofreciendo atención integral a los mayores en un entorno adaptado. Estos centros tienen un sistema de financiación compartida entre el gobierno y los usuarios. Promoviendo además la participación de los residentes en decisiones sobre su cuidado.
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